Aquí en Edimburgo conocí la obra de David Hume y de Adam Smith. Los estudios en Edimburgo fueron el crisol que mediante el urbanismo y la arquitectura y su posicionamiento epistemológico me permitieron conocer mis actuales referentes teóricos:
Edimburgo permitió profundizar en el estudio de la obra de David Ricardo, Jerome Bentham y John Stuart Mill en el objetivismo, a la obra de Eugen von Böhm – Bawerk con su ley del valor, y a la obra de Carl Menger en relación al surgimiento evolutivo de la institución del dinero como hito del subjetivismo liberal contemporáneo.
Mis lectures de economía en Edinburgo me permitieron acceso a la obra de Ronald Coase, Gary Becker, Theodore Schulz, Milton Friedman y Paul Samuelson los cuales consolidaron mi conocimiento crítico de los aportes de la escuela de Chicago.
Fundamentales fueron también el acceso a los aportes de la escuela de Austriaca con las obras de Ludwig von Mieses con su Praxología y las de Friedrich Hayeck con su teoría instrumental del capital.
Aquí vislumbramos el objetivismo de Ayn Rand , contrastado con el análisis económico del derecho de Richard Posner, los que sentaron las bases para acceder a la obra de David Friedman y de Murray Rothband.
Estos fueron algunos de los fundamentos que me permitieron acceder a mi formación en filosofía en los claustros de la universidad de Edimburgo, en sus calles medievales, en sus Pubs a los pies del castillo, del palacio de Holyrood y del mítico Arthur seat, y finalmente de regreso al conocimiento esencial filosófico en San Marcos.